martes, 19 de agosto de 2008

CASO DERECHO A LA VIDA

ACCIÓN DE TUTELA:
PROTECCIÓN DEL DERECHO A LA VIDA DE UN MENOR
Carlos, un menor de 16 años de edad, presentó una enfermedad severa en la rodilla derecha, que le impidió en adelante seguir jugando fútbol como era su costumbre. Para contrarrestar la enfermedad, los médicos que lo atendieron le ordenaron un tratamiento intensivo durante largo tiempo, el cual, sin embargo, no dio los resultados esperados.

Ante el avance acelerado de la enfermedad, los doctores que lo estaban atendiendo en una Clínica del Seguro Social, le sugirieron a Carlos y a sus padres, como alternativa para salvar la vida del menor, la necesidad de amputar la pierna derecha del joven, advirtiéndole que en la práctica de la cirugía necesitarían transfusiones de sangre.

Para adelantar estos procedimientos los médicos solicitaron la autorización escrita de Carlos y de los padres, quienes diligentemente otorgaron el permiso correspondiente. Sin embargo, poco tiempo después, Carlos presentó ante los médicos de la Institución, una carta, con su firma y la de dos testigos, en la que manifestaba que bajo ninguna circunstancia aceptaría recibir transfusiones de sangre vía endovenosa.

Alegó el menor que, al ser miembro de la religión denominada "Testigos de Jehová" tenía prohibidas las transfusiones de sangre. Carlos quedó bajo la responsabilidad del Doctor Ruiz para la realización de la cirugía. El mencionado galeno, al encontrar el escrito del joven en la historia clínica del paciente, le informó a sus padres, que tal comunicación era un obstáculo para continuar con el tratamiento del menor, dada la negativa de éste a recibir transfusiones de sangre. Por este motivo, pese a que el joven debía permanecer hospitalizado, procedió a suspender la orden de transfusión de sangre, no sin antes advertirles a los padres que esta situación podría conducir inminentemente a la muerte del muchacho.

Los padres, alarmados ante el peligro de muerte de su hijo, debido a la negativa de permitir la transfusión de sangre necesaria para sobrevivir, presentaron un escrito al Seguro Social, indicando que la carta que Carlitos había firmado en su oportunidad era un documento escrito por el joven bajo presión, porque los dos testigos que aparecían en esa comunicación eran jerarcas de la iglesia de los "Testigos de Jehová", a la que su hijo pertenecía.

A su juicio, estas personas le habían "lavado el cerebro" al menor, y ellos, como sus padres, consideraban que eran los únicos que podían decidir en este caso de manera válida qué decisión tomar, teniendo en cuenta que era quienes tenían la SENA, Regional Antioquia. Derechos reservados. 2003.2 patria potestad. Por eso, bajo tales presupuestos, los padres dieron autorización escrita a la Clínica tratante del Seguro Social y al especialista a cargo, para que efectuaran los tratamientos que fueran necesarios para lograr salvar la vida de su hijo.

La Clínica, sin embargo, no procedió a realizar el tratamiento alguno hasta no recibir orientación y apoyo sobre el tema, por parte del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, teniendo en cuenta que la voluntad de los padres y la de Carlos se encontraba enfrentado en un tema tan delicado. Los padres desesperados ante las circunstancias y el paso del tiempo, veían con preocupación cómo las condiciones de su hijo desmejoraban y estaban dispuestos a hacer todo para salvarlo, porque temían que Carlos muriera inminentemente, tal y como le había pronosticado. Pero.... ¿Qué podían hacer?

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